Suele suceder cuando sientes que el duelo que te mantenía ensimismado está finalizando. Tras haber constatado una realidad diferente a la que habías planeado, haberte permitido liberar las emociones de ese quiebre y, con aceptación pero sin resignación, haberte reconciliado con la vida y contigo mismo, logrando transmutar la adversidad en provechoso aprendizaje.
Entonces, cuando ya estás en disposición de reconocer que cuentas con la energía necesaria para emprender una nueva etapa, también eres capaz de escuchar algo más que tu propia copla lastimera.
Y es por eso que ya puedes oír la sutil, entusiasmada y perseverante llamada de la vida. Me encanta como expresó este momento, el gran poeta Mario Benedetti, en su poema “Piedritas en la ventana”:
“De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.”
La vida, esa que tú también eres pero que temporalmente habías querido dejar fuera del envoltorio de tu estado de ánimo, te está echando piedrecitas en tu ventana. Vestida de alegría parece querer convocar tus ganas de vivir. Te está pidiendo que te asomes y compruebes que aún hay un camino que te espera.Un sendero marcado por un señalizador que reza: Volver a empezar.
Ante la esperanza de percibir que, en alguna dirección, es posible ir más lejos, resulta difícil resistirse a abrir esas ventanas. Las de tu mente, tu corazón y tu experiencia vital al completo. Sabes que quizás no podrás divisar claramente el final de esa nueva ruta pero intuyes que está a tu alcance. Estás deseando enfrentar ya ese momento en el que respondas a la vida sonriéndole con complicidad de compañeras de viaje.
Pero también este es el momento en el que pueden surgir dudas e incertidumbres. Quieres volver a empezar pero no deseas volver a confundirte. ¿Cómo lograr que esos nuevos pasos se consoliden en un verdadero avance y no resulten un vano movimiento que te deje en el mismo lugar aún con más frustración? Confías en que hay otra manera pero una vez te asomes a esa ventana, ¿por dónde comenzar para dar pasos coherentes con esa posibilidad?
En mi experiencia personal y acompañando como coach a otras personas en sus procesos de expansión, he constatado que aún con las particularidades requeridas para cada circunstancia individual, esos primeros movimientos suponen una suerte de ampliación de la perspectiva a todos los niveles. El conjunto de propuestas que te señalo a continuación van esa dirección y pueden ayudarte a que cada nueva etapa en tu viaje de realización se convierta en una gratificante espiral de crecimiento:
1.- Ser más consciente de las creencias que enmarcan tu manera de pensar y aprender a cuestionar las que te limitan. En este sentido te será muy útil poner en práctica las sugerencias que te propongo en “Deshaciendo el apego ciego a un pensamiento”. Y también puede ayudarte esta visualización creativa titulada “Abrir las ventanas, abrir la mente y el corazón” que tiene como objetivo dejar ir los pensamientos limitadores y abrirte a recibir ideas más creativas y constructivas:
2.- Detectar patrones de comportamiento automáticos que te bloquean o sabotean tu avance. Para trabajar este aspecto encontrarás muchas ideas en los artículos “Es humano tropezar pero también dejar de hacerlo” y “Cómo lograr que el sosiego sustituya a la precipitación”
3.- Reconocer y atender tus estados de ánimo sin permitir que te arrastren o nublen tu razón. Para lograrlo te propongo practicar estos “Cinco pasos para relacionarte bien con tus emociones”. Mejorar la gestión de tus emociones también te será útil para “mantener alta tu motivación” y “transformar positivamente tus actitudes”
4.- Manténer claros tus más profundo valores y dejar que sean ellos los que definan tus objetivos y sostengan la coherencia de tu trayectoria. Una forma divertida de ternerlos presentes es elaborar “el mandala de tus valores” y colocarlo en un lugar bien visible para que te resulte una fuente de inspiración.
5.- Ampliar tu capacidad de enfoque y concentración para aplicar tu energía allí dónde están tus objetivos y tus más profundas motivaciones. Tu atención es un valioso capital. Y puedes aprender “como desarrollarla, manejarla e invertirla eficazmente”.
6.- Contemplar, con más curiosidad que temorlos territorios aún sin explorar. Aceptar la incertidumbre que supondrá ir, tras tus sueños, más allá de lo conocido. Te ayudará aprender “cómo mantenerte en la frecuencia de tus más felices sueños”
6.- Contemplar, con más curiosidad que temorlos territorios aún sin explorar. Aceptar la incertidumbre que supondrá ir, tras tus sueños, más allá de lo conocido. Te ayudará aprender “cómo mantenerte en la frecuencia de tus más felices sueños”
7.- Descubrir y activar alternativos y motivadores cauces de acción para no quedarte anclado en rutinas nocivas. Prueba a “moldear tu entorno para que te moldee positivamente” y a "cultivar las semillas de la creatividad".
8.- Reconocer y recordar al relacionarte contigo mismo y con los demás, que por formar parte de la vida, todos somos únicos, valiosos e igualmente dignos de amor, aún cuando la limitada percepción individual no alcance a comprenderlo. Puedes empezar por “ampliar tu campo de resonancia empática” y “cultivar positivas actitudes para mejorar tu autoestima”.
9.- Cultivar pausas y silencios que te ayuden a “retornar a la paz de tu hogar interior” y recuperar tu centro. Momentos que promoverán en tu ánimo, equilibrio, motivación, serenidad y alegría de vivir. A tal fin te propongo “Quince pausas para la autoayuda”.
10.- Profundizar tu percepción del momento presente experimentándolo sin resistencia y disponer tu ánimo para “honrar la vida”, aceptándola en su diversidad, apreciandola y cuidándola. Contemplar tu ahora con amabilidad y buscar siempre, aún en medio del dolor y la oscuridad, la belleza floreciendo a tu alrededor. En la profunda y recomendable película “Belleza oculta” de la que he seleccionado aquí una escena, queda muy bien expresado este concepto:
Tras reconocerte en tu potencial y en tu tono y además, volver a sentirte parte de esa sinfonía universal que es la vida empiezas a recuperar también la confianza y el valor para seguir adelante intuyendo la partitura que nos une en clave de amor. Aunque aún, cada uno y todos a la vez, estemos ensayándola, teniendo que volver a empezar, una y otra vez. Me gusta como lo decía Virgilio, el poeta romano que en La Divina Comedia aparece como guía en los infiernos: “Levántate otra vez, olvídate de tus temores. Un día, ¿Quién sabe? Incluso estos días difíciles serán grandes momentos para recordar.”
Gracias por tu atención. Me encantará leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.
Pepa Arcay
Coach Personal
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