A veces, si estoy preocupada,
hablo con alguien de confianza. En mi vida han sido muchas las personas que me
han ayudado a clarificar ideas, tomar decisiones, aceptar emociones o renovar
entusiasmos. A todas ellas estoy agradecida. Pero además, una y otra vez, han
sido las palabras escritas quienes me han sacado de mis infiernos, me han
mostrado nuevos horizontes y me han ayudado a recordarme y a reinventarme. Las
palabras amigas. Esas que siempre me llevan de la mano desde mi mundo interior hasta
una hoja en blanco.
Me recuerdo desde niña
escribiendo diarios que guardaba en secreto. Escribir en ellos era como dar
respiro a todo lo que no encontraba lugar fuera de esas páginas. Durante toda mi vida he acudido a la escritura
como herramienta de autoayuda. Y como coach personal animo siempre a mis
clientes a ir a su propio encuentro rastreando por escrito los caminos de su
laberinto personal.
Cómo dejo subrayado Mario Benedetti en este precioso poema, la palabra (yo añado que también, la palabra escrita) es capaz de
transpasar toda dimensión:
“La palabra pregunta y se contesta
tiene alas o se mete en los túneles
se desprende de la boca que habla
y se desliza en la oreja hasta el
tímpano
la palabra es tan libre que da pánico
divulga los secretos sin aviso
e inventa la oración de los ateos
es el poder y no es el poder del alma
y el hueso de los himnos que hacen
patria
la palabra es un callejón de suertes
y el registro de ausencias no queridas
puede sobrevivir al horizonte
y al que la armó cuando era pensamiento
puede ser como un perro o como un niño
y embadurnar de rojo la memoria
puede salir de caza en silencio
y regresar con el moral vacío
la palabra es correo del amor
pero también es arrabal del odio
golpea en las ventanas si diluvia
y el corazón le abre los postigos
y ya que la palabra besa y muerde
mejor la devolvemos al futuro”
Se cuenta que el novelista
ruso León Tolstoi tenía tres diarios: uno que dejaba a la vista para que lo
leyera su esposa; otro que escribía para que fuese publicado tras su muerte y
el tercero que llevaba siempre con él, sin dejar que nadie lo leyese. Todo eso además de su copiosa obra literaria.
Este ejemplo muestra que, obviamente, escribir es una habilidad humana que puede
tener diferentes objetivos. Del que hoy quiero hablarte es de su uso como
recurso de autocoaching. Es decir, como útil herramienta en el camino del
autoconocimiento y la realización personal.
Las denomino “palabras amigas” porque, si les das el
espacio adecuado y la atención necesaria, como los buenos compañeros de viaje,
pueden apoyarte en tu andadura. Claro que, igual que sucede con la amistad, para que acudan a ti cuando las necesitas,
debes promover un contacto frecuente con
ellas. Escribir un diario donde
vuelques, de forma espontánea, todo lo que viene a tu mente puede ser una forma
de lograrlo. Pero hoy quiero compartir contigo doce ejercicios, basados en la
escritura intencionada, es decir, aquella en la que conduces tu atención hacia
algún asunto que te interesa.
Sea de forma libre o
dirigida, escribir puede ayudarte, entre otras muchas cosas, a ordenar ideas, a reenmarcar tus
experiencias, a promover tu creatividad y a recordar, es decir, a volver a
pasar por el corazón para permitirte sentir. lo que quizás necesita ser
liberado. En el camino del autoconocimiento, poner por escrito tus experiencias
te ayudará a tomar más conciencia y a adquirir un mayor compromiso respecto a
tu proceso personal. Además, tardas más en escribir que en pensar por lo que la
escritura, al obligarte a ralentizar tus pensamientos, colaborará a calmar tu
mente. Espero que estas sugerencias te animen a experimentar con este útil
recurso de autoayuda, siempre a tu alcance:
Búscate un lugar tranquilo,
pon una música suave que te resulte entrañable pero no te distraiga y responde
por escrito a las preguntas que te indico a continuación. No fuerces las
respuestas sino más bien deja que vayan apareciendo. Sé paciente contigo mismo,
como lo serías con un buen amigo: ¿Qué te
está sucediendo? ¿Qué daño o qué pérdida estás sufriendo? ¿Con qué área de tu
vida está relacionado? ¿Te asustan algunas circunstancias que tienes que
afrontar? ¿Qué te preocupa? ¿Qué significado le das a ese asunto? ¿Qué
consecuencias negativas crees que tendrá para ti? ¿Cómo podrías disminuir esos
perjuicios? ¿Ves alguna solución? Reconoce lo que no está en tu mano cambiar y
responsabilízate de lo que está dentro de tu campo de influencia. ¿Qué quiero
que pase? ¿Y qué lograré si obtengo eso? ¿Qué deseo verdaderamente ¿ ¿Qué puedo
hacer o pedir para conseguir lo que quiero? ¿Qué necesito hacer para sentirme
en paz conmigo mismo, aunque no consiga lo que quiero?
2.- Preparar una conversación delicada:
Es muy útil refleionar
previamente por escrito cuando algún tema relacionado con otra persona empiece
a inquietarte y quieras promover una conversación sobre esa cuestión. ¿De qué va el asunto? ¿Cuáles son los hechos
y cuáles mis interpretaciones? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué quiero pedir, qué
necesito? Una vez respondidas estas preguntas puedes completar la siguiente
frase: “Ha pasado esto (el hecho que
hayas detectado cómo detonante) y lo he interpretado de esta manera (tus
interpretaciones de los hechos). No sé si esas suposiciones son adecuadas, por
eso quiero hablarlo. El caso es que, en función de esas interpretaciones, ahora
me siento así (cómo te sientes ahora) y quiero esto (explica tu deseo)”
Estos apuntes serán una buena base para comunicarte mejor.
3.- Listas de agradecimiento:
Selecciona un cuaderno o abre
un archivo en tu ordenador para dedicarlo exclusivamente a escribir listas de
agradecimiento. “Busca un rato cada día
para tomar nota de, al menos, media docena de recursos, personas, situaciones,
cualidades o aspectos de tu experiencia que en alguna forma te ayudan a avanzar
en tu camino y disfrutar de esa vivencia. Agradece cada uno de esos elementos y
hónralos, en tu corazón, con un sentimiento de apreciación. Muestra gratitud
hacia el camino que te lleva, el alma que te anima y el sueño que te eleva.”
(“Lo que el corazón quiere contemplar”)
4.- Cartas pendientes:
Sea que finalmente las envíes
a su destinatario o no, escribir cartas puede servirte para dar cauce a
sentimientos no expresados. Aquí van algunos
ejemplos: Carta a un familiar fallecido del que no pudiste despedirte, a un
amigo a quien quieres agradecer especialmente su apoyo, a esa persona que aún
no conoces pero estás buscando para compartir la vida, a ti mismo o a al niño
que hay en ti para darte ánimo y aliento ante un reto difícil o al universo
para pedirle su colaboración en un asunto concreto. "Ha llegado el momento de jugar a sentarte en un lugar tranquilo y, en tu cuaderno de apuntes, escribir una carta de aliento a tu alma niña. Hazle saber que camináis juntos y que juntos vais a poder ver hecho realidad lo que vuestro común corazón quiere contemplar. Recuérdale todos los desafíos que habéis afrontado en vuestra vida y cómo los habéis transformado en oportunidades de aprender y crecer. Agradécele la energía que te aporta, transmítele entusiasmo y confianza. Dile que en este viaje interior vaís a poder integrar todos los aspectos de vuestro ser cuya energía aún no ha encontrado forma de expresión. Y asegúrale que, con frecuencia, pararás tu paso y te quedarás en silencio hasta inuir su presencia y sintonizar con su inocencia." ("Lo que el corazón quiere contemplar")
Cuando veas que, aún sin
grandes problemas, tu cabeza está llena de asuntos que te atrapan, escribe una
lista con todos esos temas que bullen en tu interior. Esa será tu lista de preocupaciones. Luego,
aplica las siguientes preguntas a cada una de esas inquietudes: ¿A qué desafío me enfrento? ¿Qué está en
peligro? ¿Qué quiero conseguir para dar por solucionada la situación? ¿Qué
posibilidades de respuesta tengo a mi alcance? ¿Qué valores y principios quiero
que rijan estas acciones? ¿Cuáles pueden
ser las consecuencias? ¿Qué riesgos acepto asumir? ¿Con qué recursos cuento?
¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación o para encontrarme mejor ante
ella? Después, anota cada acción que decidas llevar a cabo para atender
esas preocupaciones y esa será tu lista de ocupaciones, a la cual
podrás enfocar tu energía y así pasar del problema a la solución.
6.- Ampliar mapas mentales:
Para ampliar tu perspectiva,
párate a responder a preguntas que expandan tu visión de lo que sientes y lo
que deseas ante las situaciones que afrontas: ¿Qué haría si no creyera que es imposible? ¿Qué decisiones tomaría si
supieras que voy a tener éxito? ¿Qué es lo que creo que debo hacer? ¿Qué me
dice mi intuición? ¿Cuál es la decisión más fácil? ¿Cuál la que más me
entusiasma? ¿Qué es lo que realmente deseo? ¿Cuál es la decisión que siento más
mía? ¿Qué acciones emprendería si me sintiese libre?
7.- Cuestionar pensamientos limitadores:
A la vuelta de la esquina de
una creencia limitadora te espera una nueva idea, otra emoción y diferentes
campos de acción. Pero hay que dar la vuelta a esa esquina. Escribe los
pensamientos negativos que vayas detectando y cuestiónalos, uno a uno, para
descubrir en qué se basan y poder desmontar su solidez: ¿Tengo la absoluta certeza de que es verdad? ¿En qué experiencias me
apoyo para pensar esto? ¿Qué consecuencias tiene en mi vida pensar así? ¿Podría
encontrar razones para pensar de alguna otra manera? Hay creencias que,
como calles estrechas, te limitan la visión. Reconócelas, sal de ellas y verás
un nuevo horizonte de posibilidades.
8.- Favorecer la comprensión:
Escribe el nombre de alguien
con quien, por circunstancias, estás obligado a relacionarte pero no te llevas
bien. Detalla todo aquello que te disgusta de esa persona. Luego escribe sobre sus
circunstancias, su día a día y las motivaciones que le pueden llevar a hacer lo
que hace. ¿Cuáles son las dificultades
que afronta? ¿Cómo es su entorno? ¿Qué tipo de limitaciones tiene que asumir?
¿Está soportando presiones familiares, problemas económicos o preocupaciones de
salud? ¿Qué es lo que más anhela? ¿Qué miedos le frenan? Pregúntate cual es
el valor positivo que esa persona quizás está buscando al comportarse de esas
maneras que tanto te disgustan. La
intención puede ser positiva aunque la conducta elegida sea nociva. Los seres
humanos a veces gritamos para captar la atención, mentimos creyendo que así
logramos mantener la paz o traicionamos nuestros principios para atender una
necesidad de seguridad o reconocimiento, por ejemplo. Después escribe sobre
situaciones en las que tú hayas tenido reacciones similares y descubre qué es
lo que pretendías actuando así. Recuerda en todo momento al hacer este
ejercicio que no se trata de juzgar ni tan siquiera de evaluar sino de entender
mejor los deseos, miedos y posibles razones detrás de la forma de ser de esa
persona para así generar más empatía.
Se trata de hacer un registro escrito de los momentos en los que no has reaccionado de forma satisfactoria, según tu criterio, en alguna dinámica que estás tratando de cambiar. Las siguientes preguntas te pueden servir de guía en tu autoanálisis: ¿Qué sentías? ¿Cuál era el tema que afrontabas? ¿En qué contexto? ¿Qué personas estaban implicadas? ¿Cuál crees que fue el estímulo que provocó tu reacción? ¿Recuerdas otras situaciones similares? ¿Puedes imaginar otra posibilidad de respuesta? ¿Qué necesitarías cambiar para poder responder así?
10.- Recordar los retos superados:
Se trata de hacer un registro escrito de los momentos en los que no has reaccionado de forma satisfactoria, según tu criterio, en alguna dinámica que estás tratando de cambiar. Las siguientes preguntas te pueden servir de guía en tu autoanálisis: ¿Qué sentías? ¿Cuál era el tema que afrontabas? ¿En qué contexto? ¿Qué personas estaban implicadas? ¿Cuál crees que fue el estímulo que provocó tu reacción? ¿Recuerdas otras situaciones similares? ¿Puedes imaginar otra posibilidad de respuesta? ¿Qué necesitarías cambiar para poder responder así?
10.- Recordar los retos superados:
Haz un buen uso de los
recuerdos: ¿Piensas que no vas a poder?
Busca experiencias en tu historia que te demuestren que otras veces pudiste. ¿Piensas que es demasiado para ti? Busca
en tu memoria momentos en que te sentiste superado y sin embargo encontraste el
camino de salida. Escribe sobre los momentos de superación más importantes de
tu vida. Experiencias que hablen de tu capacidad de afrontar adversidades y
transformarlas en oportunidades para crecer y aprender. Cada vez que consigas
realizar un cambio positivo, reconócelo, celébralo y añádelo también a ese
registro y repasa esas notas cuando quieras reforzar tu autoconfianza.
11.- Escenas de tus sueños hechos realidad:
Párate con frecuencia a
imaginarte protagonizando tu soñada realidad. Describir por escrito esas
escenas te puede ayudar a visualizarlas mejor: ¿Qué sucede y qué sientes habiendo alcanzado tus objetivos? ¿En esas
felices escenas qué experimentas? ¿Qué recibes? ¿Qué das? ¿Con qué disfrutas?
¿En qué aspectos se despliega tu potencial? ¿Qué talentos desarrollas? ¿Qué
cualidades manifiestas? ¿Qué puedes hacer hoy para acercarte más a ese
horizonte?
12.- Revisión del día:
Cada anochecer procúrate un
tiempo de tranquilidad para repasar las experiencias del día. Disponte a
reconocer y apreciar todo lo recibido, y también a valorar honestamente tu
contribución. “¿Qué has aprendido? ¿Qué
has compartido? ¿Se han encaminado tus acciones en la dirección de tus sueños?
¿Has apoyado los sueños de los demás? ¿Te has permitido ser con más libertad?
¿Te has sentido útil? ¿Qué aspectos de tu experiencia has honrado hoy? ¿Has
expresado agradecimiento? ¿A quien has cuidado? ¿Te has reído? ¿En qué formas
has expresado afecto? ¿Has compartido respeto y reconocimiento? Afírmate en
tu voluntad y capacidad de aprender y colaborar.
Gracias por tu atención.
Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.
Pepa Arcay
Coach Personal
Contenidos relacionados:
Aprende a reconocer tu zona de influencia: Porque un asunto del que no puedes ocuparte no merece
preocuparte.
A preguntas motivadoras, respuestas inspiradoras: Cómo conversar mejor contigo mismo.
Cómo ser tu mejor compañía: Claves para darte aliento cuando más lo necesitas.
¿Tienes claro tu objetivo?: Cuestionario para descubrir lo que realmente quieres.
Además...
Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.
Y también ...
Y también ...
"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos." (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón.
Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes escribir tus comentarios. Gracias por tu participación.