Otras formas de mirar, otras cosas que ver

Se cuenta que un maestro estaba dando clase a sus alumnos. Aquella mañana quería ofrecerles una lección distinta a las que vienen en los libros. Después de pensar un poco ideó la siguiente enseñanza:

Hizo una mancha de tinta china en un folio blanco de papel. Reclamó la atención de los alumnos y les preguntó:

- “¿Qué veis?”

- “Una mancha negra”, respondieron a coro.

- “Os habéis fijado en la mancha negra que es pequeña”, replicó el maestro, “y nadie ha visto el gran folio blanco que es mucho mayor.”

Me gusta este ejercicio, que a menudo propongo en las sesiones de coaching, porque invita a cuestionar la propia mirada y ayuda a comprender que, ampliando el campo de observación, se pueden descubrir nuevas posibilidades y recursos.

La primera vez que lo apliqué en mi experiencia me sirvió para darme cuenta que aunque, en general, mi vida iba bien, estaba sintiéndome desanimada porque mi atención estaba centrada únicamente en un problema que se me resistía. La segunda vez me ayudó a comprender que, en un determinado proyecto, no avanzaba porque, empeñada en hacer lo que hasta entonces iba bien, estaba ignorando nuevos alternativas. Y la tercera vez me ayudó a comprender que estar absorta en lo que no me aportaba un amigo, me impedía ver lo mucho que significaba en mi vida. El caso es que la lección del folio y la mancha de tinta siempre me ayuda a recordar que es posible y saludable ensayar distintas formas de mirar. Espero que a ti también te resulte útil e inspiradora.

Y por si te han entrado ganas de jugar a ser un observador diferente,  he recopilado varios párrafos de “Lo que el corazón quiere contemplar” en los que se proponen distintos enfoques. 

Mirar con el corazón:

“Las opiniones que los demás tienen de ti no te definen, les definen a ellos. Definen su mirada, la forma en que ellos son capaces de contemplarte. Con el tiempo he descubierto que se puede mirar con el corazón y entonces se tiene una visión doble pero paradójicamente más exacta. Se ve con respeto, aceptación, compasión y ternura lo que cada uno está siendo aquí y ahora; pero se ve también con confianza, esperanza y entusiasmo lo que esa persona es capaz de ser.”


Percibir señales de sincronicidad:

“Es un juego divertido que consiste en observar si, a tu alrededor, algo parece moverse con tu mismo secreto compás. Es la manifestación de que tu corazón ya está siendo centro de atracción para todo aquello afín a tu misión y que, aún sin saberlo, comparte tu visión; y en tu sueño feliz, su sueño feliz ha de encontrar culminación. Si descubres tales signos acéptalos como una oportunidad para ver más allá de las probabilidades establecidas y disfrútalos, confiando en que hay variables invisibles que están apoyando tu misma intención.”

Altura de miras:

“Si tienes un problema que no aciertas a resolver, prueba a recorrer algunas calles de tu ciudad observando todo lo que llame tu atención. Luego, busca un lugar elevado desde donde se pueda contemplar ese mismo paisaje y percibe las diferencias al cambiar de punto de vista. Tras esta experiencia vuelve a tu conflicto y busca nuevas formas de contemplarlo. Eleva tus pensamientos hasta romper limitadas suposiciones. ¿Qué pensarías, sentirías y harías si no te pareciera imposible? ¿Qué acciones emprenderías si te sintieses libre? ¿Qué decisiones tomarías si supieras que vas a tener éxito?"

Perspectiva de totalidad:

"Contempla un cuadro al óleo, fija tu mirada en una pincelada y dile “existes y te veo”; luego observa el cuadro en su totalidad pero sin perder de vista ese trazo particular. Podrás comprender que cada cosa, por insignificante que parezca, tiene su lugar y su valor. Sólo es necesario adoptar la perspectiva adecuada al contemplarla."

Gracias por estar ahí. Deseo que siempre puedas ver todo lo que tu corazón quiere contemplar. Hasta pronto.



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