Avanzamos con la vida pues
somos parte de ella. Y aunque cada cual tiene que andar sus pasos todos somos
responsables del avance del conjunto. Conforme la tecnología nos facilita una
visión más global del mundo vemos con más claridad la interdependencia de todo
lo que existe. La vida es una trama de colaboración, y en ese tejido de
relaciones nos influenciamos mutuamente
James Bander lo expresa muy
bien al relatar la anécdota de un agricultor
que cultivaba maíz y que año tras año ganaba el concurso de su región al mejor
producto. Ese premio levantó gran curiosidad y fueron muchos los que quisieron
saber el secreto detrás de esas excelentes cosechas.
Un día, en una entrevista con un famoso periodista, el
agricultor confesó que su éxito se debía a que compartía con los vecinos sus
mejores semillas y también sus continuos aprendizajes sobre el cultivo del
maíz.
Pero esa respuesta dejó lleno de perplejidad al
periodista quién preguntó:
- ¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz y sus
conocimientos con sus vecinos, si ellos también compiten en el mismo concurso
año tras año?
- Verá usted, dijo el agricultor: El viento lleva el
polen del maíz maduro, de un sembrado a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz
de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la
calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, necesito ayudar a que mi vecino
también lo haga. Por eso, comparto mis mejores semillas, intento atender mi
sembrado lo mejor que sé y trato de aprender cada día, de mis experiencias y de
las de otros agricultores
Me gusta esta idea de “compartir las mejores semillas” y trae a
mi memoria a personas que con su influencia positiva promovieron cambios en mi
vida. Quizás tú también encontraste gente así en tu camino. Personas que te
mostraron nuevas formas de comprender el mundo, que al confiar en ti,
despertaron tu propia confianza y que se ganaron tu admiración por su
coherencia, su integridad o su valor. Personas así son líderes que quizás no
salgan en televisión pero inspiran las mejores versiones del mundo y de uno
mismo. Son ese tipo de gente de la que suele decirse: “me gusta que esté en mi vida porque saca lo mejor de mi”. Como decía
John Quincy Adams, 6º Presidente de E.E.U.U.: “Si tus acciones inspiran a otros
a soñar más, a aprender más, a hacer más y a crecer más, tú eres un líder
inspirador.”
La mejor noticia es que todos
podemos inspirar y desarrollar conscientemente esta sutil forma de liderar “compartiendo las mejores semillas”.
Aquí van algunas propuestas
para lograrlo:
1.- Empieza cultivando el autoliderazgo, es decir, avanza en el camino del autoconocimiento
para aprender a gestionar tu mundo interior, sabiéndote siempre aprendiz. No te
compares, mejor elige la superación personal y busca la coherencia entre lo que
piensas, sientes y haces, consciente de que lo que realmente influencia tu
entorno son tus hechos. Siendo lo que eres y estando en tu sitio en el puzle de
la vida colaboras a que también los demás puedan ser quienes son y encuentren
su lugar.
2.- Mantén la visión de conjunto como pilar del
espíritu de servicio. No estás solo
sino que formas parte de un todo mayor que es la vida y, en consecuencia, todo
lo que existe es interdependiente. Sirve desde la alegría de saber que “compartir las mejores semillas” también
es un beneficio para ti. Nadie triunfa solo. “Todo cuenta y encuentra su profundo valor en la combinación con todo lo
demás.” (Lo que el corazón quiere contemplar)
3.- Manifiéstate de dentro a fuera. Empieza teniendo claro tu “por qué”, luego busca el
“cómo” y ese camino te llevará al “qué”. Esto implica escucharte y reconocer
tus valores más profundos. Y significa también que, esos valores, son los que
dirigirán tus actos y cristalizarán en tus hechos.
4.- Procura ser
puente que acerque posiciones en vez de muro separador. Cultiva un sincero interés por los “por qués”, los “cómos” y los “qués” de
los demás para comprenderlos en profundidad. Cultiva la empatía. Valora no solo
aptitudes sino también actitudes y esfuerzos. Ofrece palabras de agradecimiento, reconocimiento y aliento. Si
aprecias lo que alguien te ofrece le animas a seguir dándote más. El
reconocimiento y la gratitud motivan a dar lo mejor de uno mismo.
5.- Escucha y procura comunicarte de forma pacífica y
constructiva, buscando siempre el
aprendizaje. Dialoga, negocia, cede, admite errores y cambia de opinión si es
necesario sin dejar que el orgullo cierre tu mente. Esfuérzate por comprender
la intención positiva de cada uno y, a la vez, a encontrar los objetivos
comunes. Ten en cuenta el “nosotros”
además del “tú” y el “yo”. Valora las pausas, los silencios ylos vacios necesarios para que surja la intuición y la creatividad.
6.- Aprende a contemplar la esencia mientras observas
la apariencia, como contemplas el mar
mientras admiras las olas.
Y que en esa visión del
corazón los demás puedan ver reflejada la confianza en lo que pueden ser y el
amor por lo que ya son. “No señales a quien contigo va por el potencial
que aún no ha sabido desplegar, sino porque, aún en la oscuridad, adivinas su
alma jugando a manifestar su luz.” (Lo que el corazón quiere contemplar)
7.- Atrévete a imaginar y comparte tus visiones. Abre nuevos caminos y también valora, aplaude y sigue
las vías propuestas por otros. Tanto si estás en primera, segunda o última fila
recuerda que camina junto a otros, sumando esfuerzos y multiplicando logros. “Comparte tu visión más expandida para que
otros sientan curiosidad y quieran ver lo que pueden contemplar elevándose
hasta su más alto propósito vital.” (Lo que el corazón quiere contemplar)
8.- Crea espacios de confianza, libres de juicios y
etiquetas donde, asumiendo posibles
equivocaciones, se valore la inciativa y la creatividad. “Juega a conseguir que en tu compañía todos se sientan grandes, al
recordarles la grandeza de la vida que canta en su corazón.” (Lo que elcorazón quiere contemplar)
9.- Promueve cambios constructivos y no te dejes arrastrar por las rutinas limitadoras.
Paséate y anima a pasear fuera de las zonas de confort. Pero no atropelles ni
manipules. Ten siempre en cuenta los sentimientos y los valores de las personas
y respeta sus tiempos y sus diferencias pues constituyen la riqueza del
conjunto.
10.- Ofrece compromiso, trata de cumplir tu palabra y valora el esfuerzo y
la buena voluntad, cultivando la honestidad, la paciencia y la compasión hacia
ti mismo y hacia los demás, sobre todo cuando no se pueda estar a la altura de las
expectativas. No ayudes desde la soberbia de creer que sabes más o eres mejor
que nadie. Entiende las distintas responsabilidades de cada posición dentro del
conjunto pero valora todas por igual. Que tus hechos demuestren que se puede
contar contigo, respetándote y respetando.
Te sientes contento cuando
reconoces tus talentos pero, al saberte útil, compartiéndolos, te sientes
feliz. Si somos un equipo llamado “vida”,
alcanzar la meta significa llegar todos y, entre todos, llevar la vida hasta
ese lugar en el que sea digna. Un arrollador movimiento en cadena como lo
expresa una frase, cuyo autor desconozco,
que dice así: “Un líder crea a
otro como una llama de una vela enciende otra y otra hasta que la oscuridad se
transforme en claridad.”
Gracias por tu atención. Me
encantará leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.
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Excelente publicación¡¡ Muy interesante ... Gracias por compartir estas 10 claves.
ResponderEliminarPorque no veo mas comentarios? Si este articulo es espectacular, me imagino que si fuera algo estúpido o un chisme de farándula, estaría lleno de comentario. Por eso estamos como estamos...
ResponderEliminarCompartir es amar y amar es crecer. Pero...estamos preparados para ello?, nos educan para ello? o cuando lo haces aparecen intereses que quieren apartarte de ese camino?. Es dificíl aplicar esta teoría en la práctica porque no se prepara a la gente para ello, hay que reaprender y reeducarnos???. De la teoría a la practica como se llega?. Debatan!!
ResponderEliminarMe encantó la lectura, gracias por inspirar de esta manera y ayudarme a reconocerme para ser una mejor persona.Bendiciones para ustedes en estas Fiestas.
ResponderEliminarGracias por ayudarnos a reflexionar
ResponderEliminarPrecioso artículo!! Cuando se hacen las cosas desde el corazón llegas al alma de tus semejantes y eso cala y se va generando una espiral que hace que crezca el buen hacer de tod@s. El compartir, el vivir y el ver que ahí están tod@s... trabajando al unísono para llegar tod@s junt@s a la meta. Gracias por tan bonita publicación!!!
ResponderEliminarPrecioso artículo!! Cuando se hacen las cosas desde el corazón llegas al alma de tus semejantes y eso cala y se va generando una espiral que hace que crezca el buen hacer de tod@s. El compartir, el vivir y el ver que ahí están tod@s... trabajando al unísono para llegar tod@s junt@s a la meta. Gracias por tan bonita publicación!!!
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