Recuerdo que, en mi infancia, me encantaba realizar una tarea escolar que llamábamos “hacer mapas”. Consistía en colorear y llenar de contenido el contorno, dibujado en papel, de alguna zona geográfica. Ya entonces aprendí que podía haber distintos mapas de un mismo territorio según qué características se quisieran destacar. A veces, entre otras opciones, dibujábamos ríos y montañas, detallábamos el tipo de industria o dejábamos señalada la densidad de población. Y aún mantengo en la memoria la curiosa sensación que experimentaba al comprobar que, en el mapa de mi región, nunca quedaba representado casi nada de lo que, con diez años, yo consideraba importante.
Cada ser humano procesa la información que le llega del entorno a través de sus cinco sentidos. Esta abrumadora cantidad de datos es imposible de asimilar en su totalidad por lo que la sometemos a filtros mentales que seleccionan parte de ese contenido. Así, desde el comienzo, cada uno va elaborando, más o menos conscientemente, su representación de la realidad, su mapa del territorio. Percepción particular limitada por un tamiz de variables neurológicas, socioculturales y derivadas de la historia personal. Mapa que perfila una perspectiva y un propósito de búsqueda, orientando nuestras acciones
La metáfora del mapa siempre me ha resultado muy útil para comprender mejor algunas situaciones de mi vida. Como varios tropiezos que vinieron por haber olvidado que “el mapa no es el territorio” , famosa frase acuñada por el lingüista polaco Alfred Korzybski, en la primera guerra mundial, tras caer, junto a su batallón, en una zanja que no estaba señalizada en sus mapas.
También, gran parte de mi labor como coach personal, consiste en ayudar a mis clientes a tomar conciencia tanto de las limitaciones de los propios mapas como de las posibilidades de ampliarlos. Un espacio de trabajo que tiene mucho que ver con cambiar el concepto de verdad absoluta por el de mapa de posibilidades.
Por si te sientes atascado o desorientado y acaso a ti también te puede resultar inspirador, hoy quiero compartir contigo unas cuantas alrededor de este enfoque. Pues tangas la edad que tengas, estás en la escuela de la vida y puedes seguir aprendiendo mientras disfrutas “haciendo mapas”.
Para empezar te invito a escuchar la historia de Perico Periscopio, uno de los personajes de mi libro, quien, siguiendo su curiosidad, se atreve a ir más allá de la estrechez de miras de su entorno y descubre nuevos horizontes de capacidades y posibilidades para si mismo y para los demás. Tras escuchar este audio pregúntate: ¿En qué aspectos me limitan mis miedos? ¿Qué hay más allá de mi techo de seguridad? ¿Cómo puedo ampliar mis puntos de vista?
Como todo ser humano, tienes la libertad de acción que te permite tu inconsciencia. Por lo que entiendo que lograr que tu mapa de posibilidades sea cada vez más amplio pasa por expandir la consciencia de la vida que eres, a los dos lados de tu piel. Las sugerencias que te propongo a continuación te ayudarán, de una u otra manera, a lograrlo:
Responde honestamente a las preguntas que te propongo a continuación. Cada una de esas respuestas irá perfilando el contorno del concepto que tienes de ti mismo (límites, fronteras, debilidades, fortalezas, etc…). Te sugiero que lo consideres como algo orientador, en algunos aspectos, pero siempre ampliable en cuanto a tus posibilidades de evolución.
¿Qué quieres ser pero crees que nunca serás? Tu límite
¿Qué no quieres ser y crees que nunca serás? Tu frontera
¿Qué queres ser y crees que podrías llegar a ser? Tu potencial
¿Qué no quieres ser pero crees que podrías llegar a ser? Tu debilidade
¿Qué quieres ser y crees que siempre serás? Tu esencia
¿Qué no quieres ser pero crees que siempre serás? Tu sombra
Para trabajar sobre las diferentes áreas de este mapa te recomiendo la lectura y puesta en práctica de los ejercicios explicados en: “Cuatro propuestas para descubrir tus talentos”, “Claves para mejorar tu autoestima”, “Descubre el mandala de tus volores”, “Superación personal”, “Cómo abrazar tu sombra emocional” y “Lo que tienes aunque creas que ya nada te queda”. Toma conciencia, con inocencia, asombro y confianza, de la vida que eres, incluyendo materia y forma, capacidad y sentido, sueños y esperanzas. El camino del autoconocimiento es como armar un rompecabezas sin saber la imagen que surgirá al completarlo porque ¡eres un precioso misterio!
Amplía tu mapa del momento presente practicando la plena atención:
Cuanto más consciente seas más intensa la experiencia de vivir. Cuando vayas a comer, a ducharte, a fregar los platos o a realizar cualquier otra acción que quizás, por ser cotidiana, la haces de forma automática, tómatelo con calma y concentración. Utiliza tus cincos sentidos y disfruta de los matices de olor, sabor, sonido, textura o color. Aunque todo parezca igual, a cada instante, todo es diferente y, así visto, el presente resulta apasionante.
Desarrolla tu capacidad de ser observador de tus pensamientos, sentimientos y sensaciones. Y también ampliar los modos de interactuar con ellos para entender mejor lo que te pasa, lo que haces con lo que te pasa y lo que quieres que te pase.
Encuentra tiempo para estirar tus músculos, caminar, practicar algún deporte o bailar y mientras lo haces, escucha a tu cuerpo. ¿Qué dicen tus movimientos sobre tus sentimientos y actitud?
Procúrate pausas y espacios para estar en silencio contigo mismo y escucharte en profundidad. El silencio ayuda a percibir el propio latido, el eco de una emoción y el rumor de una intuición. Siéntate cómodamente y durante diez minutos pon tu atención en tu respiración. Observa cómo entra y sale el aire por tu nariz. Cuando tu atención quede captada por un pensamiento, sensación o emoción, nómbralo en silencio y sin juzgarlo. Luego vuelve a enfocarte en la respiración. Escucha con atención lo que canta tu corazón cuando no hay condición que frene su canción.
Más información sobre este punto en “Haz de tu diálogo interior, tu alidado” y “EmocionArte”
Asómate fuera del mapa:
Para hacerlo puedes utilizar preguntas, usar tu imaginación, atender tsu intuiciones, desarrollar la creatividad, escuchar a otras personas, ampliar tu capacidad de resonancia empática o atreverte a cambiar tu repertorio de acciones, por ejemplo.
Cada vez que te atreves a formularte una nueva pregunta, te permites expandir tus límites. No todas las preguntas necesitan respuestas. Algunas interrogantes tienen como objetivo apuntar hacia un nuevo horizonte más allá de las acomodadas certezas. Si en tu mente no hay cabida para el misterio y las preguntas quizás es que los dogmas te aprisionan. Atreverte a dudar puede liberarte.
Imaginar una nueva realidad es el primer paso para crearla. Describe lo que ves cuando miras por encima de algunas circunstancias, actitudes y creencias: ¿Qué pensarías, sentirías y harías si no te pareciera imposible? ¿Qué acciones emprenderías si te sintieses libre? ¿Qué decisiones tomarías si supieras que vas a tener éxito? Si te apasiona imaginarlo ya estás transitando por un camino que pronto aparecerá. Tu imaginación puede llevarte allí donde no se atreve tu lógica pero ya está tu corazón. ¡Déjale que te muestre el camino! Te sugiero el audio que aquí te presento, titulado “Abrir las ventanas, la mente y el corazón”, una visualización creativa para dejar ir los pensamientos limitadores y abrirte a ideas más constructivas.
Imaginar una nueva realidad es el primer paso para crearla. Describe lo que ves cuando miras por encima de algunas circunstancias, actitudes y creencias: ¿Qué pensarías, sentirías y harías si no te pareciera imposible? ¿Qué acciones emprenderías si te sintieses libre? ¿Qué decisiones tomarías si supieras que vas a tener éxito? Si te apasiona imaginarlo ya estás transitando por un camino que pronto aparecerá. Tu imaginación puede llevarte allí donde no se atreve tu lógica pero ya está tu corazón. ¡Déjale que te muestre el camino!
Cultiva tu curiosidad y reune enseñanzas de todas partes. Integra las que te ayuden a crecer en paz. Y se fiel a lo que te enseña tu corazón. Agradece la senda que otros han marcado y date permiso para ir más allá. Recuerda que de poco te sirve toda la información del mundo si no te ayuda a acortar las distancias que van de corazón a corazón.
A veces, es necesario hacer hueco entre las piedras de los propios prejuicios oara acceder al camino de la empatía. Elige una persona con la que te resulte difícil llevarte bien o cuyo comportamiento no logres comprender. Piensa en sus circunstancias, su día a día y las motivaciones que le pueden llevar a hacer lo que hace. ¿Cuáles son las dificultades que afronta? ¿Cómo es su entorno? ¿Qué tipo de limitaciones tiene que asumir? ¿Está soportando presiones familiares, problemas económicos o preocupaciones de salud? ¿Qué es lo que más anhela? ¿Qué miedos le frenan? Prueba sus comidas favoritas, baila con sus ritmos preferidos, habla en su idioma, vístete a su modo y observa sus tradiciones.
Si te topas con los mismos obstáculos, una y otra vez, quizás es que, como una foto fija, mantienes una visión caduca de las posibles soluciones. Date permiso para experimentar. “Jugar así implica, por ejemplo, salir a dar un paseo y moverte diferente. Cambiar algún ingrediente al elaborar tu preferido pastel. Poner más atención al tono de la voz en vez de al contenido de una conversación. Sorprenderte haciendo algo al revés o saboreando el vacio que aparece al no hacer algo que estés habituado a hacer. Por un día, imaginar que acabas de nacer. Experimentar con alguna nueva afición. Ponerte en contacto con quien jamás hubieras pensado conversar. Atreverte a darte eso que nunca te das. Calzar tu ánimo en otra mentalidad e investigar cómo se siente la vida en ese caminar. Probar a expresarte con los gestos y sin hablar. Hablar de tu experiencia imaginando que eres únicamente el dedo gordo de tu pie. Cantar cuando toca comer y retozar cuando esperabas descansar. Cambiar el paso a la rutina y, por el simple deseo de jugar, probar nuevas experiencias más allá de lo habitual.” (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
Más propuestas sobre este tema en “Saltar el paso a la rutina”, “Es humano tropezar pero también dejar de hacerlo” y “Cómo cultivar las semillas de la cretividad”
Para finalizar esta reflexión no se me ocurre mejor sugerencia que la de Albert Einstein: “Una vez hayas aceptado tus límites, ve más allá de ellos” Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.
Pepa Arcay
Coach Personal
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Estaré encantada de atenderte.
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"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos." (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón.
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Gracias. Este mensaje creo que llegó cuando más lo necesitaba.
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