¿Qué es lo que vas a celebrar hoy?

Hay veces que, más allá de las dificultades, percibo la vida como un jolgorio que me va creciendo por dentro. En esos momentos lo que más me apetece es celebrarla como si presintiera que quiere ser especialmente admirada. Pues creo que aunque existe un extenso calendario de festividades, quedan infinitas parcelas de la existencia que no tienen reconocimiento y nos perdemos la satisfacción de recordarlas y aplaudirlas. 

Así que hoy te propongo elaborar tu propia agenda de celebraciones y comienzo detallándo los beneficios que implica, según mi punto de vista, cultivar este ánimo de celebración:
- Es una forma de conectar con la alegría de vivir. Al contemplar lo que hayas decidido celebrar te pondrás contento de tenerlo en tu vida. Te sentirás relajado. Sonreirás. Y compensarás la tensión que hayas notado en otros momentos de preocupación.

- Si lo que celebras es un avance personal, recordarás tu capacidad y eso hará que te sientas más confiado para afrontar nuevos retos.

- En el caso de celebrar la presencia beneficiosa de otras personas en tu vida, te sentirás movido a expresarles agradecimiento y mejorarán tus relaciones.

- Simplemente por el hecho de tomar consciencia de ese aspecto de tu vida y celebrarlo, estarás apoyando esa energía, vibrarás con ella y sentirás deseos de expandirla.

- Además, como tendrás que pensar en formas de celebración, te colocarás en una saludable actitud lúdica, desde la  que podrás descubrir nuevas maneras de disfrutar y compartir.

-También, y con esto no queda agotada la lista de ventajas, puedes decidirte por celebrar algo que sólo tú consideres digno de mención. Quizás como un acto de rebeldía, autoafirmación o divertimento. Y ya por eso estarás haciendo uso de tu libertad de elegir, cultivando tu propio criterio y poniendo una pizca de sentido del humor en tu día.

Como práctica concreta te transcribo un párrafo de “Lo que el corazón quiere contemplar”: “Procura mantener encendida una vela de olor en tu hogar, un rato cada día, para recordar que la vida es algo a celebrar. Para ayudarte con esta intención, cada mañana, pregúntate: ¿En el día de hoy qué es lo que voy a hacer motivo de celebración? Elige algo distinto cada vez, entre todo aquello que valores y esté presente en tu experiencia. Y al llegar el anochecer comprueba que has vivido algún momento de admiración, agradecimiento y alegría al encontrarte con aquel aspecto de la vida que has decidido honrar y celebrar.”

Y para acabar lo hago con una forma de saludo que me encanta, tanto cuando la ofrezco a los demás como cuando la escucho en boca de otros: ¡Celebro que estés ahí! ¡Celebro que hayas venido! 

Gracias. Hasta pronto.

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