Según el diccionario, la esperanza es un estado de ánimo en el que ves como posible algo que anhelas. Lo expresa muy bien Diego Torres cuando canta: “Saber que se puede, querer que se pueda …” Quizá “podríamos decir que todo cuanto se hace en el mundo es obra de la esperanza” como afirmaba Martin Luther King, pues un ánimo esperanzado es proclive a la acción.
Pero también es cierto que la esperanza parece algo escurridiza. A veces aparece y te sientes más vivo, a veces se oculta y cuesta más seguir viviendo. Dicen que forma parte de nuestra naturaleza humana pero cuando arrecian algunas tormentas emocionales su presencia puede resultar incierta.
Eduardo Galeano ha descrito magistralmente esa sensación: “… para mí, la esperanza es una cosa que tengo cuando me despierto, que pierdo en el desayuno, que recupero cuando recibo el sol en la calle y que, después de caminar un rato, se me vuelve a caer por algún agujero del bolsillo. Y me digo: “¿Dónde quedó la esperanza?”. Y la busco y no la encuentro. Y entonces, aguzando el oído, la escucho ahí, croando como un sapito minúsculo, llamándome desde todos los pastos. La tengo, la vuelvo a perder. A veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de receta, comprada en una tienda de corte y confección, una esperanza dogmática. Es una esperanza viva y, por lo tanto, no sólo está a salvo de la duda, sino que se alimenta de la duda.”
Sea cual sea su exacta definición, su materia y sus hechuras, el caso es que nadie quiere perder la esperanza . Quizás es porque suele venir vestida de confianza y perfumada de entusiasmo. O quizá es simplemente porque no siempre te lleva a donde quieres ir pero sin ella no irías a ninguna parte. En cualquier caso, la buena noticia es que, como sucede con todo estado de ánimo, podemos favorecerlo. Por eso hoy quiero compartir contigo ocho sugerencias que te ayudarán a cultivar y mantener un ánimo esperanzado:
1.- Acepta que la vida es cambio:
Asumirque en la vida todo es temporal implica aceptar que siempre hay algo por descubrir. Alguien cuyo nombre desconozco escribió: “Cuando nada es seguro todo es posible”. De manera que, con flexibilidad, puedes adaptarte a los cambios inevitables sin perder de vista tus valores. Con esperanza. La clave puede consistir en esperar lo mejor, hacer lo necesario para lograrlo y aceptar lo inesperado como compañero de viaje. Para orientarte por esa senda manten un mapa mental que incluya coordenadas de inocencia, curiosidad y asombro.
La esperanza ganará a la incertidumbre si recuerdas que cada ocasión puedes convertirla en oportunidad. Cuando estés mojado por la lluvia de un fracaso ponte a buscar el arco iris de una oportunidad. Porque aveces aparecen las sgundas oportunidades pero hay que tomar la perspectiva adecuada para descubrirlas y tener la confianza necesaria para esperarlas. Recuerda que, si estás vivo, tu eres la posibilidad y el ahora, tu oportunidad.
Permitirte soñar es ayudar al niño que hay en ti a descubrir un nuevo horizonte. Su entusiasmo te dará la energía necesaria para alcanzar, juntos, el soñado confín. Interésate también por los sueños de quienes te rodean. Los logros de cada persona encienden una luz de esperanza para todo el género humano. Apoya a ese niño que todos somos y que aún sueña como si quisiera colaborar e la esperanzadora tarea de dar forma a todos los sueños. Pero no confundas la esperanza con el apego a determinadas expectativas. Te sientes libre cuando ves que puedes ser feliz de muchas maneras sin necesitar ninguna de ellas para ser feliz. Tener esperanza te convoca a desplegar tu potencial mientras avanzas, disfrutando de cada paso, hacia tu horizonte soñado. Las expectativas de futuro son saludables si te ayudan a vivir mejor el presente. En esta línea, la siguiente visualización titulada “Abrazando a tu niño interior” también puede ayudarte a mantener un ánimo esperanzado:
4.- Establece metas alcanzables y cuenta con opciones alternativas:
Comprométete con dar lo mejor de ti a cada paso pero empieza poniendo el listón de tu exigencia a una altura que te resulte alcanzable en el momento y las circunstancias que afrontas. Conforme vayas logrando resultados podrás ir subiendo ese listón. La experiencia de conseguir logros y comprobar que, en medio de la adversidad, algo está bajo tu control, disminuye la sensación de impotencia y aumenta la esperanza. Además recuerda que hay muchos caminos para alcanzar una misma meta. Hazte preguntas que nunca te has hecho para divisar diferentes perspectivas y descubrir posibles rutas alternativas.
5.- Cultiva un autodiálogo alentador:
Recuérdate que cuentas con tu capacidad de aprendizaje, que cuanto más haces y aprendes más puedes hacer y aprender y que desafiándote a superarte puedes encontrarte con nuevos talentos y desarrollar más recursos personales. Ser realista implica ver los problemas sin magnificarlos y reconocer tus capacidades sin idealizarlas. Quien solo ve las nubes es como quien solo ve los problemas. Uno se olvida del sol por encima de ellas y el otro de su capacidad de superación. Atiende el dolor, la pérdida y la frustración pero escucha también tus deseos de amar, disfrutar y aprender. Ante los retos más desafiantes y los más grandes obstáculos eleva tu ánimo recordando tus ideales, tus valores y el sentido de tu caminar. Mantentet fiel a su visión y a la esperanza en tu corazón.
6.- Cultiva la humildad y la paciencia:
Cuando contemples el polvo bailando en un rayo de luz recuerda que la vida es mucho más de lo que a veces percibes. Con humildad puedes aceptar que no ves toda la trama de la vida pues desde tu individualidad tienes una visión parcial. Con paciencia puedes reconocer que quizás aún no puedes ver lo que está creciendo, como sucede con las preciosas flores que brotan tras los deshielos. “Más allá de lo que somos capaces de entender es posible intuir una belleza, una armonía y unos órdenes del amor que hablan de plenitud, paz y alegría. Cuando te desorientes busca esos vislumbres. Confía en que los encontrarás. Te voy a contar algunos que a mí me han maravillado y rescatado siempre: Escucha cantar a un coro; date cuenta de cómo son capaces de hacerse uno con sus voces. Abraza a otro ser humano, si puede ser a un niño; observa cómo eres capaz de entenderle aunque su idioma y su cultura te sean extraños. Párate en un verso; el baile de sus palabras te trasportará a una comprensión más allá de los signos. Contempla un cuadro al óleo, fija tu mirada en una pincelada y dile “existes y te veo”; luego observa el cuadro en su totalidad pero sin perder de vista ese trazo particular. Podrás comprender que cada cosa, por insignificante que parezca, tiene su lugar y su valor. Sólo es necesario adoptar la perspectiva adecuada al contemplarla.” (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
7.- Rodéate de gente esperanzada:
Alimenta tu espíritu con inspiradoras influencias. Elige lecturas, imágenes, compañías y experiencias que te ayuden a mantener un positivo enfoque y una esperanzada perspectiva. Interésate por las historias de superación de otras gentes. Estas historias alimentarán tu esperanza en la fortaleza del espíritu humano. “Quisiera, además, que siempre recordases que por pertenecer a la vida podrás contar, en todo momento, con la fuerza de tu espíritu. Es una cualidad que si confiamos en ella todos podemos manifestar. Y consiste en saber encontrar algo que dar cuando parece que ya nada nos queda; y, dándolo, encontrar una puerta de salida al drama y a la adversidad. Suele ser hermosa la manera en que toma forma y presencia este poder, pues todo empieza con una pequeña decisión, un primer paso, algo sencillo pero que finalmente resulta ser la entrada a la alegría de vivir, porque la propia vida ha encontrado su rumbo verdadero. En esos momentos también podemos aprender que, para comprender la vida, primero hay que amarla. Y que hay que creer para ver, pues con fe los ojos nos mostrarán lo que nuestro corazón quiere contemplar.” (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
¿Cómo se ha ido tejiendo la trama de tu vida? ¿Qué sentido ha ido adquiriendo tu trayectoria al contemplar unidos, en una mirada retrospectiva, los significativos giros de tu recorrido personal? “Parte de una mirada compasiva capaz de encontrar a cada situación su sitio, su valor y su función en el camino de tu evolución. A continuación te propongo algunas preguntas cuyas respuestas te ayudarán a visualizar el sentido del camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima: ¿Qué has aprendido? ¿En qué aspectos te has expandido? ¿Has percibido situaciones aparentemente negativas que finalmente han facilitado tu evolución? ¿Te has reconciliado con algun capítulo antes rechazado de tu vida? ¿Qué te ha sorprendido? ¿Qué aspectos imprevistos han sido beneficiosos? ¿Qué retos has afrontado? ¿Se han transformado o desvanecido algunos sueños? ¿Han surgido nuevos deseos? ¿Qué maravillas has presenciado? ¿Quién te ha enseñado y en qué forma lo ha hecho? ¿Qué ha quedado liberado? ¿En qué has colaborado? ¿Qué tipo de huellas has dejado en tu camino?” (“Lo que el corazón quiere contemplar”) Aunque ahora estés viviendo situaciones que te parecen carentes de sentido, tras hacer este ejercicio crecerá la esperanza de que quizás desde otra perspectiva futura podrás contemplarlo positivamente comprobando los aprendizajes y la evolución alcanzada.
“En el fondo de la vida siempre queda mucha espontánea alegría y mucha inocencia por nacer además de todo el amor que aún no ha podido ser” escribí en “Lo que el corazón quiere contemplar”. Y ese sigue siendoel pensamiento que, cada mañana, convoca a mi más motivadora esperanza. Cuando ya la tengo de la mano, para animarle a quedarse conmigo, le guiño el ojo y con mi mejor sonrisa, echo mano de Machado susurrándole: “Hoy es siempre todavía”. Y si el día amenaza con grandes nubarrones de impotencia me aferro al poema "Confianza" de Pedro Salinas que aquí comparto contigo. Así mantengo viva la esperanza y la esperanza mantiene viva, aquí y ahora, a cada paso, mi alegría de vivir.
“Mientras haya
alguna ventana abierta,
ojos que vuelven del sueño,
otra mañana que empieza.
Mar con olas trajineras
—mientras haya—
trajinantes de alegrías,
llevándolas y trayéndolas.
Lino para la hilandera,
árboles que se aventuren,
—mientras haya—
y viento para la vela.
Jazmín, clavel, azucena,
donde están, y donde no
en los nombres que los mientan.
Mientras haya
sombras que la sombra niegan,
pruebas de luz, de que es luz
todo el mundo, menos ellas.
Agua como se la quiera
—mientras haya—
voluble por el arroyo,
fidelísima en la alberca.
Tanta fronda en la sauceda,
tanto pájaro en las ramas
—mientras haya—
tanto canto en la oropéndola.
Un mediodía que acepta
serenamente su sino
que la tarde le revela.
Mientras haya
quien entienda la hoja seca,
falsa elegía, preludio
distante a la primavera.
Colores que a sus ausencias
—mientras haya—
siguiendo a la luz se marchan
y siguiéndola regresan.
Diosas que pasan ligeras
pero se dejan un alma
—mientras haya—
señalada con sus huellas.
Memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta.
Mientras haya
trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto,
noches que lo son apenas.
Susurros de estrella a estrella
—mientras haya—
Casiopea que pregunta
y Cisne que la contesta.
Tantas palabras que esperan,
invenciones, clareando
—mientras haya—
amanecer de poema.
Mientras haya
lo que hubo ayer, lo que hay hoy,
lo que venga.”
Gracias por tu atención. Me alegrará leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.
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"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos." (“Lo que el corazón quiere contemplar”)
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Gracias !!
ResponderEliminarLlega esta bellísima reflexión cuando más lo necesito!!
Saludos desde México
Gracias...hoy necsitaba saber que la esperanza es escurridiza, pero está....
ResponderEliminarMuy buen artículo. Es mejor afrontar la vida como tu explicas.
ResponderEliminarUn artículo interesante es este enlace
http://www.evolucionydesarrollopersonal.com/realidad1.html
Estimada Pepa Arcay, gracias, gracias, gracias. Un placer leerte y poder compartir tus artículos. <3
ResponderEliminarGRACIAS!!!!!
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