Hace unos años asistí a un
curso sobre gestión del tiempo. El
primer día de clase, el profesor se
presentó con dos grandes tarros de vidrio, de boca ancha, que colocó sobre una mesa en la
que también había piedras de diferentes tamaños, grava, arena y una botella de
agua. Empezó metiendo en uno de los recipientes las piedras más grandes y en el
otro echó arena hasta casi rebosar. Entonces nos preguntó: ¿Cuál de los dos
botes está más lleno? Y hubo unanimidad en la respuesta: aquel en el que había
vertido la arena. Allí ya no cabía nada más.
El profesor sonrío, aplaudió la
respuesta y se dispuso a demostrar que era una respuesta acertada. Tomó el
tarro de las piedras grandes y añadió algunas de menor tamaño, luego echó
grava, después arena y finalmente lo roció de agua hasta llenarlo totalmente.
En el bote de arena no hubo manera de añadir nada. Entonces nos explicó que con
aquello, su intención era presentarnos una metáfora sobre formas de ocupar el tiempo. Las piedras más
grandes eran los asuntos más importantes y en el otro extremo estaban la arena
y el agua que simbolizaban los menos significativos. “Si ocupáis vuestro tiempo con nimiedades no quedará espacio para
ocuparos de lo que consideréis más esencial” escribió el profesor en la
pizarra.
Ese día, cuando llegué a casa
después de la clase, tomé una hoja de papel y la dividí en siete partes que
representaban los días de la semana. Después pinté con diferentes colores las horas
que estaba destinando a sueño, comidas, aseo, tareas domesticas, trabajo, ocio,
estudios, vida familiar, amigos, proyectos, etc…teniendo en cuenta todo lo que
ocupaba mi tiempo regularmente. Me quedé un rato observando el cuadro final y
después me pregunte: ¿Cuáles son las piedras grandes en mi vida y qué es lo
que tiene menos importancia? ¿Las asignaciones de tiempo reflejan mis
prioridades? Las respuestas no fueron muy satisfactorias y a partir de ahí
comencé a organizarme de otra manera.
A continuación, por si te
puede ser útil, quiero compartir contigo, a modo de decálogo de buenas
prácticas, lo que me ha ayudado a
mejorar en esta área y los beneficios que he obtenido como consecuencia de
hacerme más consciente y responsable de la gestión de mi tiempo:
1.- Dedica un tiempo, cada semana, a planificar
la agenda de los siguientes siete días. Teniendo en cuenta la metáfora del
tarro y las piedras, comienza por hacer una lista de todo aquello que quieres
realizar y priorízala.
2.- Cuando tengas esa lista
priorizada busca posibilidades de
sinergias, es decir, formas de unir objetivos para obtener una mayor
efectividad. Por ejemplo, si quieres hacer más ejercicio y también estar más
tiempo con tu pareja, podríais practicar juntos algún deporte. Si te gusta
escuchar música y quieres divertirte cocinando, podrías oir tus canciones
favoritas mientras haces galletas.
3.- Al momento de pasar esa
lista a la agenda sigue escrupulosamente el orden de prioridades que has establecido. De manera que si la agenda queda llena y aún hay asuntos de esa
lista sin agendar, tendrás la seguridad de que serán los de menor importancia. El objetivo no es estar muy
ocupado sino ocuparte de cosas importantes para ti, de asuntos
que te ayudan a acercarte a tus objetivos vitales.
4.- Cada día reserva unos minutos
para comprobar como ha resultado tu
planificación. Este repaso te puede ayudar a descubrir tus resistencias,
postergaciones, olvidos y distracciones más habituales.
5.- Cada semana, antes de
ponerte a planificar tu agenda, repasa
cómo ha ido la semana anterior, en su conjunto. Hazlo con ánimo de
aprender, de conocerte mejor y de descubrir las posibilidades de mejora. Esta
observación te puede ser útil para darte cuenta, por ejemplo, de cuales son tus
horarios más productivos, qué tiempo real te cuestan algunas actividades
habituales, qué costumbres no te aportan nada y sin embargo, te quitan tiempo,
o qué tareas puedes delegar.
6.- En el día a día, asume con consciencia y responsabilidad los cambios que
hagas en tu planificación. Una vez escuché que es más fácil decir no cuando
hay un si latiendo en tu interior. Al organizar tu tiempo tendrás en mente todo
aquello que consideras importante hacer. Son tus “sies”. Cuando otras personas te
propongan otros asuntos o se presenten imprevistos, sea cual sea tu decisión la tomarás más responsablemente
y por lo tanto pasarás de reaccionar a ser más proactivo.
7.- Procura tener a la vista algún elemento visual que
te recuerde el sentido de tu camino y tu escala de prioridades. Te puede
valer una frase, una foto en la pantalla del móvil, etc. Cuando te sientas desorientado
o estés perdiendo fuerza de voluntad, recurre a ese símbolo y recuperarás dirección
y motivación.
8.- Cultiva el agradecimiento por lo que sí puedes hacer. Aprende a aceptar
lo que sucede en cada momento como punto de partida para el ejercicio de
creatividad que es vivir. Después de esa aceptación haz lo que tengas que hacer
para mejorarlo. Practica la plena
conciencia en cada tarea. Y valora tus logros.
9.- Cada mes, párate a mirar
el tramo recorrido y pregúntate: ¿Lo que
estoy haciendo me acerca al lugar al que quiero llegar? ¿Estoy siendo feliz
mientras camino? Repasa cómo ha
sido, en el conjunto del mes, la
distribución del tiempo en relación a tus prioridades. Y revisa también esas
prioridades por si quieres cambiarlas.
10.- Tómate tus tareas para mejorar la gestión del tiempo como ejercicios de
autoconocimiento y superación personal. Una buena planificación te quita
presión y stress pues vacía tu mente de temas que no tienen que ser enfocados
en el aquí y el ahora, contribuye a pasar pronto de la preocupación a la
ocupación y te ahorra momentos de rumiar dudas innecesarias. También te ayuda a
generar sensación de seguridad y confianza pues te sientes más dueño del rumbo
de tu vida y con más coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y lo que
haces.
Para quien sabe lo que quiere, el tiempo significa
oportunidades para lograrlo. Gestionar
bien el tiempo, representa entonces, hacer tu camino aprovechando al máximo tus posibilidades de ser feliz.
Gracias por dedicar un poco
de tu tiempo a leerme. Espero que hayas disfrutado. Estaré encantada de leer
tus comentarios. Hasta pronto.
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¡Excelente artículo!
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Excelente
ResponderEliminarmuy interesante!!!
ResponderEliminarSiempre es bueno tener más tiempo libre para proyectos personales, una buena planificación ayuda mucho a tener más claro los objetivos, cuando se trata de trabajo también, esta bueno tener una planificación, acorde a los tiempos de cada uno, acá les dejo una excelente herramienta de gestión
ResponderEliminarwww.contagram.com ..